El solitario es un juego de cartas clásico que ha entretenido a personas de todas las edades durante décadas. También conocido como "solitaire" en inglés, este juego de paciencia se juega con una baraja estándar de 52 cartas. El objetivo del solitario es colocar todas las cartas en cuatro pilas, una para cada palo: corazones, diamantes, tréboles y picas. Para lograr esto, debes seguir ciertas reglas y movimientos estratégicos. Al comienzo del juego, las cartas se barajan y se colocan en siete pilas de manera que quede una carta boca arriba en la primera, dos en la segunda, tres en la tercera y así sucesivamente. Las restantes se colocan boca abajo en un mazo llamado "la reserva". El juego comienza al mover las cartas, puedes poner una carta sobre otra si su valor es el siguiente y su palo es diferente. Por ejemplo, puedes colocar un corazón sobre un diamante si su valor es uno mayor. También puedes mover secuencias de cartas del mismo palo de un campo a otro. El solitario requiere de estrategia y planificación, ya que debes tener en cuenta las cartas que se encuentran boca abajo en "la reserva" y las que ya han sido movidas. A medida que avances en el juego, también debes calcular cuidadosamente tus movimientos para evitar bloqueos futuros. El solitario es un juego muy popular debido a su simplicidad y al desafío que representa. Es una excelente manera de pasar el tiempo y poner a prueba tus habilidades mentales. También es un juego que puedes jugar en solitario, lo que lo convierte en una opción perfecta para aquellos momentos en los que buscas relajarte y concentrarte en algo. En resumen, el solitario es un clásico juego de cartas que ofrece diversión y entretenimiento. Si aún no lo has jugado, ¡te animo a probarlo y descubrir el desafío que representa!